WALTER RÖHRL PRUEBA EL NUEVO PORSCHE PANAMERA TURBO E-HYBRID
Con profesionalidad, Röhrl acepta colocar el asiento en una
posición muy retrasada y con el respaldo demasiado inclinado porque así, le
dicen, la foto queda mejor. Instantes después vuelve a ponerlo en el lugar
adecuado para conducir.
"La ventaja del Panamera siempre ha sido que te
sientes como en un 911. La posición del asiento es baja, estás conectado con la
carretera, el volante se adapta perfectamente a tus manos. En el nuevo modelo,
además, vuelves a tener unos faros bellamente modelados y puedes apuntar a las
curvas a través de las aletas, igual que antes".
Desde la primera generación del Panamera, lanzada hace 15
años, ha sido un logro impresionante para el equipo de desarrollo haber puesto
en la carretera un vehículo con un margen tan amplio en sus cualidades
dinámicas. En un momento es una lujosa berlina para viajes de larga distancia;
al siguiente, un deportivo dispuesto a moverse con agilidad por zonas de
curvas.
"Tienes el agarre perfecto en todo momento"
Lo que más le interesa a Röhrl de la tercera generación es
la nueva suspensión Porsche Active Ride. Para él, la combinación de suspensión
neumática y amortiguadores hidráulicos activos equivale a una revolución. Por
primera vez en un Panamera, la suspensión ya no tiene que reaccionar únicamente
según el perfil de la carretera, sino que también puede variar activamente la
presión en cada amortiguador. Röhrl explica la tecnología de forma muy
expresiva: "Tienes un agarre perfecto en todo momento porque las fluctuaciones
de carga en las ruedas son bajas y, por lo tanto, los neumáticos siempre están
posicionados de forma óptima sobre el asfalto. Las irregularidades se compensan
casi por completo. A pesar de ello, o precisamente por ello, sigues teniendo
una información nítida sobre las condiciones de marcha en cada momento".
Al prescindir de las estabilizadoras convencionales y utilizar amortiguadores activos, cada uno alimentado por una bomba hidráulica individual, la suspensión Porsche Active Ride logra este equilibrio entre confort y control, que impresiona al especialista en rallyes. "Un chasis activo es lo ideal. Me habría gustado tener algo así cuando competía, pero entonces una tecnología como esta era impensable".
De combustión, híbrido o eléctrico
Además de la complejidad y la dificultad para regular una
suspensión activa de este tipo, se requiere una gran potencia del sistema en
periodos muy cortos. El amortiguador puede realizar hasta 13 operaciones
distintas por segundo, por lo que el sistema hidráulico debe ser capaz de
igualarlo. La batería de alta tensión (400 voltios) del Porsche Panamera Turbo
E-Hybrid es, por tanto, la fuente de energía ideal para el sistema Porsche
Active Ride. Para Röhrl, sin embargo, el sistema híbrido es también muy emocionante
por otra razón: "La nueva generación E-Hybrid ha dado un enorme salto
adelante. Con una autonomía de unos 90 kilómetros, la conducción diaria es casi
siempre eléctrica. Ya sea para ir de compras, al gimnasio o al trabajo".
A la pregunta de por qué tipo de conducción se decantaría,
convencional, híbrida o eléctrica, el de Ratisbona responde con una emocionante
comparación: "En los rallyes no hay una trayectoria ideal, ni un único
camino que te lleve más rápidamente hasta la meta. Hay muchos estilos de
conducción diferentes que, en última instancia, pueden dar el mismo resultado.
Por eso creo que el amplio enfoque de desarrollo de Porsche es importante y
acertado. Eléctrico puro, híbrido con una autonomía eléctrica adecuada para el
uso diario o un motor de combustión clásico alimentado con e-fuels,
para mí no se trata de una cosa u otra. Hay una aplicación razonable para cada
versión".
A Röhrl también le complace la perspectiva de que en el
futuro puedan utilizarse combustibles sostenibles y producidos sintéticamente
para mantener viva su pequeña colección de coches clásicos. "El Spyder RS
y el Panamera Turbo E-Hybrid utilizados por Porsche aquí en Zell am See, en la
F.A.T. Ice Race, ya funcionan con e-fuels. Todos los vehículos
participantes podrían emplearlo y eventos como este seguirían transportando al
futuro la fascinación que desprenden los coches y el automovilismo. Y de eso se
trata: de la alegría. De los maravillosos momentos compartidos".
F.A.T. Ice Race, un espectáculo invernal
A pesar de que este año el tiempo estropeó la carrera sobre
hielo con temperaturas demasiado cálidas y lluvias torrenciales, los
participantes y los más de 3.000 espectadores del evento (se agotaron las
entradas) no dejaron que eso arruinara la diversión. Con un amplio abanico de
participantes, desde coches de carreras de antes de la guerra hasta vehículos
de competición del WRC, la oferta fue muy variada. El Museo Porsche también
brindó grandes oportunidades fotográficas con modelos únicos como el 550 1500
RS Spyder Carrera Panamericana, el 911 GT1 y el 911 GT3 R de competición.
La F.A.T. Ice Race de Zell am See es un homenaje a las
legendarias carreras internacionales sobre hielo de motos y coches que antaño
tenían lugar en el lago Zell. Desde su renacimiento en 2019, el evento se ha
convertido en un auténtico hito en el calendario del automovilismo, que revive
la fascinación por las carreras sobre hielo.
Historia y renacimiento. Esta
tradicional carrera la iniciaron Ferdinand Porsche, Vinzenz Greger y Constantin
Klein. La edición moderna tuvo lugar por primera vez del 19 al 20 de enero de
2019, en el óvalo de hielo del antiguo aeródromo de Zell am See,
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