EVASIÓN Y LIBERTAD: DEL CITROËN MEHARI AL CONCEPT CAR CITROËN CACTUS M
Tras los meses de confinamiento producto de la crisis de la
pandemia, el deseo de libertad inspira con enorme fuerza un nuevo concepto de
evasión. Si los coches son, desde hace mucho tiempo, el paradigma de la
movilidad, el concepto de un coche que permite disfrutar del aire libre vuelve
a cobrar actualidad.
Así, repasando los modelos emblemáticos que han construido
la historia del automóvil, encontramos uno capaz de seducir a una generación
completa con sus innumerables virtudes: el Citroën Méhari, presentado en 1968.
Más de 50 años después de su lanzamiento, esta auténtica
leyenda sigue mostrando las razones de su éxito, entre ellas su técnica de
construcción, con una carrocería realizada completamente en plástico. Como
material, el ABS (Acrilonitrilo Butadieno Estireno), es fácilmente
termoformable, flexible y puede ser tintado en la masa.
El original Citroën Méhari era muy ligero, lo que le
permitía circular por todo tipo de terrenos sin dificultad ya que no se quedaba
empanzado en el barro o en la arena y no se hundía en la nieve.
Campistas, buscadores de setas, amantes del aire libre, de
la playa o de la alta montaña; todos se rindieron a la fascinación
despertada por este innovador vehículo, capaz de circular rápido gracias a su
ligereza y de viajar resistiendo todas las condiciones de uso. Todas estas
características se resumen en el propio origen del nombre Méhari, tomado de una
raza de dromedarios de carreras particularmente robustos y resistentes.
El proyecto original definió la estructura básica: un
descapotable de dos puertas y cuatro plazas en cuya parte trasera era posible
desplegar una banqueta para dos ocupantes a los que se les proporcionaba el
espacio para las piernas correspondientes al elevar el propio
respaldo. Cuando no se utilizaba la banqueta trasera, el plano de carga
quedaba completamente plano desde el parachoques hasta los respaldos de los
asientos delanteros.
El parabrisas (abatible) incluía los anclajes de dos barras
que formaban un arco (desmontable) por encima de las plazas
delanteras. Sobre esta estructura se podía una capota de tela que creaba
un habitáculo para los pasajeros. Extendiendo la capota era posible
cubrir, igualmente, el espacio de los pasajeros traseros y el del maletero,
obteniendo así una berlina de cuatro plazas. Las combinaciones eran
infinitas: con puertas de lona o de plástico, paneles laterales de lona e
incluso carrocería de plástico rígido completamente modulable disponible en los
diferentes colores del Méhari.
Para la producción, Citroën decidió realizar un número
limitado de colores (rojo, verde, naranja, beige, amarillo y para la versión
especial "Azur" blanco y azul), que cambió muy poco a lo largo de los
años y que hacían referencia a los grandes desiertos del planeta, desiertos que
el pequeño Citroën afrontaría en diferentes ocasiones, ya fuera individualmente
o dentro de los grandes raids a través de Asia y de África organizados por la
marca y en los que el coche no se enganchaba en las dunas.
Su evolución se limitó al lanzamiento de una versión 4x4
que sirvió en el ejército francés, incluso en una variante “lanzable en
paracaídas” y que ofició de “ambulancia rápida” en el París-Dakar de 1980. La
versión de tracción integral tenía un árbol de transmisión unido al cambio que
accionaba un diferencial situado en el eje trasero, que disponía de frenos de
disco igual que el eje delantero. El conductor, además de la palanca del
cambio de cuatro marchas, tenía otras dos a su disposición, una para
desconectar la tracción trasera y otra para la reductora.
El Citroën Méhari se ganó una posición destacada en la
historia del automóvil desde la que inspiró al prototipo CITROËN CACTUS
M , presentado en 2015 y que reinterpretaba, en clave contemporánea,
los valores que impulsaron el desarrollo del modelo original. La propia
letra 'M' era un homenaje al Méhari ya su historia. A gusto en cualquier
tipo de superficie y de situación, el concept car CITROËN CACTUS M evocaba la
misma sensación de libertad y de evasión y era una invitación a vivir el tiempo
libre con el máximo bienestar.
La playa, la arena, el sol y el agua son elementos que
normalmente se contraponen a los coches. Al contrario, CITROËN CACTUS M se
desarrolló para este universo, para vivir más intensamente el tiempo libre, sin
compromisos de ningún tipo.
Como el Méhari original, su tecnología e innovación se
pensaron para superar los límites de la exploración: de las condiciones
meteorológicas a la logística, incluso en caminos desconocidos.
La tracción 4x4 dejó su puesto al moderno sistema GRIP
CONTROL para optimizar la motricidad detectando posibles deslizamientos de las
ruedas motrices e interviniendo de modo más o menos incisivo para evitarlos.
El habitáculo está totalmente abierto al exterior para
permitir a los pasajeros sentirse en contacto con el mundo que los envuelve y
tiene una presentación colorista, con los asientos de neopreno recubiertos en
un tejido jersey estampado en tonos vivaces para mejorar su sujeción y
facilitar su secado en un tiempo record.
Un proyecto que, todavía hoy, representa los mejores
argumentos del modelo original y con el que Citroën propone “liberar la mente”
hacia nuevos horizontes.
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