NACIMIENTO DEL CITROËN AMI6, UN RETO CONSEGUIDO
POR EL DISEÑADOR FLAMINIO BERTONI
Todo comenzó a mitad de la década de 1950, cuando se
decidió desarrollar un coche “medio”, con un motor de cerca de un litro de
cilindrada que se intercala en la gama entre el 2CV y el DS19. En aquellos
momentos, la economía de la empresa, afectados por numerosos factores, no
estaba en su mejor momento. Se había superado la Guerra y el difícil periodo de
la reconstrucción y se había realizado una importante inversión en los trabajos
de investigación y desarrollo culminados, entre 1947 y 1955, con el lanzamiento
de tres vehículos tan importantes como el furgón Tipo H, el 2CV y el DS19.
No faltaban ideas: del súper-aerodinámico modelo C10, la
“gota de agua” de Lefebvre, al C60, pensado para fabricarlo en dos versiones,
con motor bóxer refrigerado por aire de dos o cuatro cilindros y suspensión por
barra de torsión o hidroneumática. .. Lo
que faltaba, no obstante, eran los recursos económicos y el personal necesario
para destinarlos al desarrollo y la industrialización de proyectos tan
complejos como los citados.
LA GESTIÓN DE UNA IDEA
A finales de 1956 tuvo lugar una reunión entre los tres
responsables del centro técnico de Citroën y Pierre Bercot, que, un año más
tarde, sería nombrado Presidente y Director General de la marca. Bercot realizó
una petición que era un auténtico reto: crear una berlina “media” de cuatro
puertas, con motor de menos de un litro, capaz de transportar a cuatro personas
y todo su equipaje con un confort propio de Citroën. Y sin dotar al coche de un
portón trasero (que a Bercot no le gustaba) y con una línea de tres volúmenes.
Por si considerar todas estas condiciones no era ya
suficientemente complicado, la frase final fue la que obligó a lxs ingenierxs
presenta a devanarse los sesos: “todo ello utilizando el chasis y la mayoría de
los órganos mecánicos del 2CV”.
En este punto y después del encuentro entre la dirección
técnica y la comercial, la discusión se trasladó al Centro Técnico donde
esperaba Flaminio Bertoni, el diseñador que entró en Citroën en 1932 y que
había creado obras maestras como el Traction Avant, el 2CV y el DS19.
CREATIVIDAD
Bertoni escuchó las explicaciones de sus colegas y, sin
inmutarse contestó: “bueno, se puede hacer” y agregó “pero debo hablar
directamente con Pierre Bercot”. “El italiano”, como llamaban a Bertoni en la
empresa, era famoso por ser capaz de elucubrar durante largos periodos de
tiempo sobre las características de un proyecto y luego, bajo presión,
encontrar soluciones geniales y definitivas en pocos minutos. Por ese motivo,
cuando Bertoni concluyó que “se puede hacer” todo el mundo en el Centro Técnico
supo de inmediato que en su cabeza ya había una idea que, aunque bordeara lo
imposible, podía hacerse realidad.
Así pues, Bertoni fue al encuentro de Bercot y le pidió que
le recitara de nuevo el pliego de condiciones: chasis 2CV, reforzado donde
hiciera falta, carrocería de tres volúmenes y cuatro puertas, amplio maletero
separado del habitáculo… Bertoni asintió y dijo “¿apostamos a que lo consigo?
”. Bercot, con sorna, contestó “no me gustan las apuestas, pero esta vez haré
una excepción”.
Bertoni se presentó después de Bercot pocos días con un
modelo de escayola del futuro coche. Tenía un capó delantero perfilado y
aerodinámico, unos faros integrados en el frontal, una línea, “Pontón” que unía
el frontal con la parte trasera y un gran maletero de más de 350 litros de
volumen. Pero el techo… era un gran techo de resina, como el del DS, que partía
del parabrisas delantero y superaba ampliamente la altura de la cabeza de lxs
pasajerxs para “volver” hacia atrás hasta sus espaldas generando así un
abundante espacio para la cabeza de lxs pasajerxs traserxs. Una línea en “Z”
inédita permitía alojar cómodamente a lxs cuatro pasajerxs requeridxs y su
equipaje en el chasis del 2CV.
Bercot quedó impresionado: todos los órganos mecánicos del
2CV, con la cilindrada del motor incrementada a 602 cc from los 425 del 2CV.
Chasis más rígido, pero como el 2CV, las mismas ruedas y carrocería con paneles
moldeados y unas formas que permitían el uso de chapa más fina, pero manteniendo
la rigidez del conjunto. La solución de Bertoni era funcional, eficaz y
respondía a lo que se pidió.
Lo que nadie sabía, excepto Bercot, lógicamente, era que
ese coche sería el punto de inicio de un gran proyecto, con importantes
implicaciones sociales, que se gestaría al cabo de poco tiempo en Bretaña, una
región francesa que estaba viviendo importantes conflictos sociales por la
escasez de empleo (lxs bretonxs se dedicaban importantes a la pesca) y que
llevó a Citroën a comprometerse con el gobierno de De Gaulle para la
construcción de una nueva y gran fábrica de automóviles en esa zona del norte
del país.
AMI6
Estaba decidido: el nuevo modelo “medio” se fabricaría en
Rennes, en una nueva fábrica de ciclo completo que estaría lista a finales de
1960. ¿Y el nombre? Un juego de letras y de pronunciación: se trataba de una
"A" (sigla del 2CV) para el "Mi" entendido como
"segmento medio" y un 6 que leído a la francesa significaba
"Amigos". ¡Voilà!
La construcción de la fábrica, tras una visita sorpresa del
General De Gaulle que quiso supervisar personal los avances de una planta
ultramoderna para la época, continuar hasta primeros de 1961, pero la
maquinaria de las líneas de montaje estaba ya completada de manera que en
febrero se fabricaron las primeras unidades.
La acogida de la prensa al nuevo AMI6 fue buena: el coche
era más silencioso, rápido y confortable en su conjunto que el 2CV. La prensa
alabó el espacio para cuatro pasajerxs, la capacidad del maletero, la economía
de uso y la utilización de algunos elementos comunes con los ID y DS como las
manecillas interiores de las puertas, el diseño de las exteriores, la forma del
volante (monobrazo ) y numerosos componentes del salpicadero.
La evolución del AMI6 incluyó el lanzamiento de un Break en
1964 y un incremento de las prestaciones gracias a un motor de mayor compresión
ya otro completamente nuevo (desde 1968), changes con los que la potencia pasó
de 18 a 35 caballos sin incrementar la cilindrada. En 1969 el AMI6 cedió el
testigo al AMI8, más moderno y elegante, diseñado por el ayudante de Bertoni,
Robert Opron.
Producido en más de 2.500.000 de unidades, el AMI se
mantuvo en la gama de Citroën durante 17 años y hasta el mes de julio de 1978
cuando fue definitivamente sustituido por el Visa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario