LOS GUIÑOS AL PASADO
Un coche de culto de los años 70 con una mirada
irresistible en sus faros, ¿le suena? ¡Pues claro, el R5! Su mirada carismática
forma parte de nuestro patrimonio y el prototipo Renault 5 que se desveló en
enero no puede renegar de su antepasado. Nicolas Jardin, diseñador del exterior
del prototipo, nos relata cómo ha reinterpretado en clave moderna la famosa
mirada del Renault 5 original.
Ah, ¡el R5! Todo el mundo conoce su mirada traviesa y
rebelde que se convirtió de inmediato, al igual que el coche, en todo un icono.
En 1972, año de su salida al mercado, Renault personificó esta mirada en el
famoso dibujo animado publicitario Les aventures de Supercar . También podíamos
verlo por las carreteras en la operación «Póngase al volante» que se llevó a
cabo en aquella época. El Renault 5, con bonitos ojos adhesivos en sus faros,
salió así al encuentro de los franceses. Es esta mirada emblemática y cómplice
la que Nicolas Jardin quiso reproducir en Renault 5 Prototype. A la vez se
proyecta al futuro.
De una mirada de culto a su reinterpretación
Desde que se desveló el pasado 14 de enero, Renault 5
Prototype, que prefigura un futuro modelo eléctrico heredero del R5, ya has
hecho correr mucha tinta. Hay que decir que sus diseñadores han reinterpretado
con brío el estilo original de la versión de 1972. Sin caer en lo “retro”, el
prototipo hereda los genes inmediatamente reconocibles de su antepasado de
culto. Desde el Tecnocentro, donde se desarrollan los conceptos y modelos del
Grupo Renault, Nicolas Jardin desvela la génesis del proyecto: «El trabajo
sobre el prototipo no era un tema libre. Se trataba de un trabajo de
reinterpretación del objeto R5 y de su proyección hacia el futuro para
convertirlo en un objeto moderno».
Para volver a diseñar los faros de mirada traviesa y las
luces de día, « todo partió de las líneas, de los ángulos y de los radios de
los elementos de la parte delantera del R5 original. Después, a medida que se
iban desarrollando bocetos, los faros resultaron totalmente diferentes, tanto
en sus proporciones como en su diseño».
Su versión final, muy trabajada y cincelada, evoca unos
ojos ligeramente arrugados por la sonrisa. En cuanto a las luces de día de
forma rectangular en su parte inferior que recuerdan a los faros antiniebla
adicionales de la época, se insertan en un paragolpes del color de la
carrocería, como en el diseño original. « Su tratamiento cristal y
tridimensional y su recorte muy preciso evocan los cortes a láser e invocan el
mundo del aerodinamismo y de la aeronáutica».
La tecnología al servicio de la expresividad
Por último, se recurrió a unos procesos ultramodernos para
reinventar la mirada icónica del R5. Cabe mencionar en particular la tecnología
LED matricial que permite integrar movimiento al programar animaciones que dan
vida a los faros. Esto resulta patente con la secuencia de bienvenida. El nuevo
logo del coche se ilumina y pone en marcha una animación que se extiende hasta
la calandra. Después, los faros cobran vida como si el coche parpadease.
¡Imposible no ver este guiño! «Gracias a la tecnología matricial ya las
animaciones de la secuencia de bienvenida, hemos podido recrear la expresividad
y la picardía de la mirada del coche original».
Así pues, tanto por su diseño como por su tecnología, los
faros de Renault 5 Prototype y poco tienen que ver con los del R5 de la época.
Sin embargo, lo reconocemos por su mirada ... ¡Victoria! «Para ser el digno
heredero del R5, el coche tenía que ser expresivo y cobrar vida. Hemos logrado
esta proeza con este prototipo, un objeto de diseño moderno que encarna la
alegría de vivir según Renault » , concluye Nicolas Jardin.
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