viernes, 4 de diciembre de 2020

 

LOS MEJORES CONSEJOS PARA RETIRAR EL HIELO DEL PARABRISAS Y LAS PRECAUCIONES A TOMAR EN INVIERNO

Llega el invierno y las bajas temperaturas nocturnas dejan helados los coches estacionados a la intemperie. Desde Carglass España, líder en el sector de cristalería del automóvil, queremos dar unos consejos a los conductores para que quiten el hielo del parabrisas con seguridad y sin dañar el cristal. Aunque esto parezca una obviedad, siempre hay que retirar el hielo del parabrisas antes de emprender la marcha. Y es que sigue habiendo conductores que arrancan con él, esperando a que la calefacción y los limpiaparabrisas hagan su efecto, mientras recorren muchos metros contorsionando el cuello y sin apenas ver lo que sucede delante del volante, generando una situación potencialmente peligrosa.

¿Cómo retirar el hielo por las mañanas?

Descongelar el parabrisas con agua muy caliente, o con el aire de la calefacción a temperatura elevada, puede dañar el cristal seriamente por el cambio brusco de temperatura, provocando su rotura. Y este efecto se intensifica notablemente si el parabrisas tiene un impacto. En los experimentos realizados * con una temperatura externa de -10ºC, el 81% por ciento de los parabrisas con un impacto se rompió en menos de cinco minutos tras encender la calefacción. A -5º, esa tasa es del 70% e incluso a 0 ° C sigue siendo muy alta: un 59%. Esas mismas pruebas se realizaron con parabrisas reparados con la tecnología desarrollada por Carglass y ninguno se rompió.

No es recomendable accionar los limpiaparabrisas cuando el cristal está helado, pues se daña la superficie de las escobillas, que dejarán marcas en el cristal cuando llueva.

Si no queremos quitar el hielo por las mañanas, lo más sencillo es proteger el parabrisas con un simple cartón sujeto con los limpiaparabrisas, que podemos guardar en el maletero.

La mejor forma de quitar el hielo es emplear una rasqueta de plástico, que actúa con eficacia y no daña la superficie del cristal. Cuestan muy poco y llevar una en la guantera nos facilitará la vida cada mañana de invierno. Otro método es o rociar el cristal con alcohol, que derrite el hielo con rapidez. Carglass recomienda aplicar en el parabrisas un tratamiento específico repelente de líquido e insectos, que además de mejorar sustancialmente la visibilidad diurna y nocturna en situaciones de lluvia, evita la congelación de las lunas en condiciones no muy extremas y facilita la retirada del hielo.


Más atención al parabrisas en invierno

Carglass España recuerda que en esta época del año hay que prestar especial atención al parabrisas, debido a las bajas temperaturas y las complicadas condiciones de visibilidad. El 90% de la información que recibimos al conducir nos llega a través de la vista. Y con nieblas, lluvias y nevadas frecuentes, es de vital importancia tener el parabrisas y las escobillas en perfecto estado. Unos limpiaparabrisas deteriorados provocan franjas o superficies veladas en el campo de visión al accionarlos, con la consiguiente merma de seguridad. Se recomienda sustituir las escobillas, como mínimo, una vez al año. Para conservarlas en el mejor estado posible si el coche pasa las noches a la intemperie, es recomendable levantarlas o ponerles un cartón debajo.

El depósito de líquido limpiaparabrisas no debe rellenarse sólo con agua, para evitar que se congelen los manguitos y se obstruyan los pulverizadores a bajas temperaturas.

Por último, invierno es la época del año en la que más roturas de parabrisas se producen por los cambios de temperatura. Un pequeño impacto en el cristal, que puede reparase con facilidad, puede desembocar en una rotura. La carrocería de un vehículo se expande y contrae con las variaciones de temperatura. Como el vidrio y el acero o el aluminio tienen diferentes coeficientes de expansión (y diferentes velocidades de expansión o contracción), los cambios de temperatura pueden causar alteraciones en la carrocería que se transmiten al parabrisas, alterando sus patrones de tensión. Y el propio cristal también sufre al soportar la diferencia de temperatura entre el exterior y el interior del vehículo, o cambios bruscos, como cuando tratamos de descongelar el parabrisas con agua caliente o la calefacción.

 

 

 

 

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